About us

Hola! Soy Angie, 
Quiero contarte como Camellia y yo hemos llegado hasta aquí.
Todo inició en 2018, cuando de la nada presenté una alopecia en mi cabello que me puso el mundo de cabezas. Estuve en tratamiento médico y nada ayudaba a que creciera mi cabello. Fue en ese momento cuando empezó a despertar mi intuición y me lancé en búsqueda de una solución en la naturaleza.
Este camino inició con un recuerdo muy claro: el romero hace crecer el cabello. 

Este fue el punto de partida a un viaje sin retorno. Me apasioné tanto investigando y aprendiendo todas estas cosas nuevas, de vivir con menos carga tóxica en todos los aspectos de mi vida y  al mismo tiempo se despertó mi amor por cuidar del planeta. 
En 2020 nace Camellia, como una marca que apuesta a la belleza minimalista y sostenible, a vivir con menos haciendo mucho más. Una marca que te invita a reconocerte en tu belleza natural. 

En 2022, viví uno de los procesos más liberadores que he tenido hasta ahora, retirar mis implantes mamarios. ¡uff! no te imaginas todo lo que esto despertó en mí y lo que significa ahora para sumar al propósito de Camellia. 
Hoy nos sigue moviendo el amor por la naturaleza, por la sustentabilidad y acompañarte ahora a ti a que también tires esas cadenas invisibles y vivas tu vida bajo tus propias reglas.  
Y sobre mi, he redescubierto mi verdadero ser,  esta  pasión tan grande  en llevar una vida en armonía con el planeta y con mi alma, encontrar mi propio ritmo en cada cosa que hago, cuestionar las situaciones que me mueven o incomodan, ir quitando cada vez más capas de cosas que no me pertenecen. Me he descubierto como una persona creativa, estratégica, amo el baile, la música, viajar, conocer culturas y también me he dado cuenta de esos miedos que aún existen y quiero superar, he aprendido a vivir y respetar mi vida con sus luces y sus sombras, lo más hermoso es que me encanta esta versión de mi, que aun sigo explorando y no tiene fin. 
Seguimos escribiendo nuestra historia. Gracias por dejarme compartirla a tu lado.
  
Con mucho cariño,
Angie